Diario de una mariposa

Diario de una mariposa

martes, 9 de agosto de 2016

El camino hacia nuestro propio encuentro...



Hay muchos seres humanos que llevan una doble vida: la que le muestran al mundo y la que llevan a escondidas. 

Ocurre en las relaciones entre padres e hijos y viceversa, entre parejas, en el ambiente laboral, entre familiares y entre otros tipos de relaciones. 

Según la Real Academia Española, la identidad es la conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás.

En ocasiones las personas camaleónicas esconden su verdadera identidad porque va en contra de sus principios, de su cultura, de su moral, de lo que esperan sus seres queridos, por un trastorno emocional o porque puede tener repercusiones legales.

Si bien es cierto que los seres humanos tenemos derecho a ser libres, también es cierto que debemos hacer un alto para reflexionar sobre las consecuencias de nuestra conducta. 

¿Es verdaderamente conveniente y saludable llevar una vida en secreto?

No hay nada totalmente oculto bajo el sol: una infidelidad, un crimen, una adicción, faltar a la ley, una obsesión, nuestros gustos, lo que nos cautiva y apasiona, nada.

¿Estamos preparados para mostrarnos tal cuál somos? ¿Cuán capaces somos de perdonar nuestras faltas y enmendar nuestras vidas?

Hay quiénes luchan contra sus propios errores, mientras otros sueñan con la oportunidad de mostrarle al mundo su propia identidad...

Hace falta seres humanos que tengan el valor de mantener su frente en alto ante las críticas de la sociedad, de no dejarse seducir por el pesimismo de los que le rodean y dejar de ser sus mayores enemigos.

Un día nos levantaremos, como de costumbre, con el empeño de agradar a todos y nos colocaremos la máscara incorrecta para el escenario incorrecto quedando al descubierto.

Debemos recordar que no nacimos caminando, aprendimos tropezando y de eso precisamente trata la vida, de aprender de nuestras faltas sin aparentar ser perfectos.

La conciencia que mejor descansa es la de un ser genuino.

No hay necesidad de luchar contra nosotros mismos, más bien debemos echar a un lado la falsedad, la hipocresía y emprender el camino hacia nuestro propio encuentro.

Nadie dijo que sería fácil, sin embargo la libertad de ser uno mismo no tiene precio...

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