Diario de una mariposa

Diario de una mariposa

viernes, 26 de agosto de 2016

Un día a la vez...



Los rayos del sol anuncian un nuevo día y nos invitan a ponernos de pie para continuar lo que habíamos comenzado.

No hemos abierto bien los ojos y ya nuestra mente empieza a generar pensamientos. Vivimos planificando lo que haremos al proximo día, el mes siguiente, el año próximo, agotando nuestras energías en lo que aún no ha pasado y olvidándonos del presente.

Pueden estar ocurriendo cosas maravillosas a nuestro alrededor, sin embargo la angustia y la incertidumbre que provoca un futuro incierto nos impide disfrutarlas.

El cerebro es un órgano poderoso donde podemos crear las ideas más grandiosas, pero también puede convertirse en un arma muy peligrosa cuando permitimos que nos ahogue con pensamientos negativos.

Tenemos la capacidad de identificar los pensamientos que nos hacen daño, si estamos atentos a las señales de nuestro cuerpo.

En ocasiones, un pensamiento provoca que se nos agite el corazón, experimentamos cambios drásticos en la temperatura de nuestro cuerpo, temblamos, sentimos dolor, temor y nos incomodamos. Esto puede ser saludable y necesario si necesitamos un impulso para salir de la zona de confort, sin embargo cuando es constante se convierte en algo perjudicial para nuestra salud.

Debemos aprender a controlar y/o sustituir los pensamientos, que en nada contribuyen a nuestro bienestar, por aquellos que nos animan y fortalecen.

Es bueno pensar en el futuro, excepto cuando los eventos y experiencias que nos ha tocado vivir generan tensión e incertidumbre.

Transformemos la forma de ver las cosas, poniendo todo nuestro entusiasmo en cada segundo, apreciando y valorando cada instante de alegría, amando como si no hubiera mañana, bebiéndonos la vida; sorbo a sorbo. Caminemos con el afán que teníamos cuando aprendimos a dar nuestros primeros pasos, celebrando ese gran logro...

Vivamos sin preocuparnos tanto para poder prevenir la fatiga física, mental y espiritual. Vamos a esmerarnos por hacer lo que sabemos y por aprender cosas nuevas que nos ayuden a ser mejores seres humanos y servir a los demás.

Tal vez lo mejor que nos puede pasar está ocurriendo en este momento y estamos perdiendo la oportunidad de disfrutarlo por nuestro empeño de vivir mirando hacia el futuro.

No importa cuantos sueños y planes podamos tener, vamos a detenernos para deleitarnos con un nuevo amanecer, una de las más hermosas manifestaciones de nuestro Creador.

Seamos pacientes y optimistas, aprendamos a vivir un día a la vez...

*Gracias a mi amada prima, Ana Zabala, por recordarme siempre poner en práctica el título de este escrito y a mi querido tío, Carlos Fernández, por facilitarme la foto, tomada por él, de un hermoso amanecer borincano.




3 comentarios:

  1. Amén. Ese fue mi lema durante todo mi proceso de càncer... un dia a la vez. It works.

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    1. Gracias por compartir tu testimonio de vida. Te deseo muchas bendiciones, salud y alegría. Te envío un abrazo con mucho cariño.

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  2. Amén. Ese fue mi lema durante todo mi proceso de càncer... un dia a la vez. It works.

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