Diario de una mariposa

Diario de una mariposa

domingo, 7 de noviembre de 2021

Hijos Huéspedes…

 

Cuando éramos niños alguien cuidó de nosotros. Quizás fueron nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros tíos o alguien que asumió nuestra crianza y cuidado. Durante esa etapa dependíamos de un adulto para satisfacer nuestras necesidades básicas de alimentación, abrigo, techo, cuidados, afecto y educación. Esas personas que estuvieron a cargo de nosotros se convirtieron en nuestros guías y modelos a seguir. Con el paso del tiempo fuimos creciendo y nuestras necesidades cambiaron. Tuvimos la oportunidad de conocer a otras personas con las que interactuamos, observamos su conducta, sus costumbres y quizás con los que nos identificamos. Para bien o para mal, todo cambió…


Llega un momento en el que el núcleo familiar se compone de adultos con personalidades, costumbres, conducta, necesidades y gustos distintos, poniendo en riesgo el respeto, la tolerancia, el sentido de pertenencia, el concepto de familia y otros aspectos necesarios para vivir en armonía. 


Algunos jóvenes adultos comienzan a reclamar su derecho a la “libertad”, “independencia”, “privacidad” pero sin querer perder su derecho a que le provean un techo, alimento, que le resuelvan cualquier situación que se les presente y hasta se aferran a la idea de que las responsabilidades del hogar recaen únicamente sobre sus padres y/o cuidadores. No se ven como miembros de una familia que necesita cuidado, atención, comunicación y en la que también deben asumir ciertas responsabilidades sino que se convierten en Hijos Huéspedes…


La familia pasa a segundo o tercer plano y se vuelven más atentos a los asuntos de sus amigos, parejas y/o los propios. La indiferencia antes la necesidades y situaciones que pasan los que han estado allí para ellos, es un mal que les arropa el corazón y les convierte en seres insensibles. 


Utilizamos mucho el concepto del sentido común, pero en ocasiones no reflexionamos sobre su significado. 


Según la Real Academia Española, el sentido común es la capacidad de entender o juzgar de forma razonable. 


Una de las características del ser humano es su capacidad de razonar, así que una cosa es hacernos de la vista larga ante lo que vemos y sabemos y otra cosa es estar totalmente ajenos a lo que ocurre. 


El que alguien no pida ayuda, no significa que no la necesita. Dice un refrán que: “Lo que se ve no se pregunta”.


Ningún padre y/o cuidador es perfecto. Hay unos que no fueron para nada buenos, sin embargo, muchos han procurado proveerle a sus pequeños todo cuanto han necesitado, aún sin haber tenido un modelo adecuado a seguir y en ocasiones bajo grandes sacrificios. Lo que dieron fue de forma desinteresada y con la mejor intención de levantar seres humanos de bien, lo menos que merecen es la indiferencia, la falta de cariño, atención y apoyo por parte de esos seres que tanto cuidaron. 


Escrito por Norma Riera Fernández 

Foto cortesía de Norma Fernández 


 


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