Diario de una mariposa

Diario de una mariposa

sábado, 28 de marzo de 2020

Todo a tu alrededor tiene algo que enseñarte, solo falta tu atención...


En este mundo tan inmenso en el que, a cada uno, nos ha tocado un espacio donde vivir somos capaces de reclamar que tenemos menos que los demás, sin saber cuánta materia muerta almacenan no sólo en su terreno sino también en su corazón...

¡Qué afán tenemos por compararnos con otros y sentirnos menos!

¿Acaso podemos definir nuestra felicidad y éxito basado en lo que vemos en los demás? 

Cerremos los ojos por un momento y, alejados de todo los que nos pueda distraer, pensemos en aquél instante donde logramos satisfacer uno de nuestros mayores deseos...
Revivamos ese momento como si fuera ahora...

¿Cuánto tiempo duró esa felicidad?

Hay experiencias y/o cosas en la vida que nos producen una alegría temporera, sin embargo también hay momentos que pueden durar poco pero la felicidad que nos provocan es vitalicia. 

Nuestro mayor error es que buscamos la felicidad donde no la podemos hallar. Creemos que está en la bebida, el cigarro o el vicio que nos desconecta de la realidad y nos hace olvidar la tristeza o un mal momento. Quizás pensamos que esta en la hipocresía vestida de "amigo"que nos acompaña y a la vez nos hace sentir tan solos...  

Tal vez imaginamos que se encuentra en esa relación disfuncional que le mostramos al mundo como perfecta, sin embargo nos va dejando en carne viva por el dolor y sufrimiento que nos causa...

Quién sabe si la hemos confundido con ese sacrificio en vano que hacemos día a día para satisfacer nuestras propias y egoístas ambiciones...

¿A qué realmente le huimos? ¿De qué o de quién nos escondemos? 

Por más que intentemos no podemos escapar de nosotros mismos sino más bien tenemos que aprender a aceptar que somos diferentes y reconocer que nuestra realidad no la define ni la controla el pasado, tampoco lo hace la incertidumbre de un futuro desconocido.

Nuestra realidad es ahora y puede ser todo lo peor o mejor que queramos. Depende de lo que hemos decidido ver. Si vemos desdicha, seremos desdichados. Si nos sentimos inferiores, así seremos. Si andamos con pesimismo, terminaremos pesimistas. Si nos damos por vencidos, nunca sabremos lo que hay al final del camino...

En este espacio donde te tocó vivir: ama, siembra todo aquello que pueda aprovechar la fertilidad de la tierra y con lo que puedas alimentarte. Cultiva semillas de colores que puedan florecer y hacerte sonreír en los días tristes. Cosecha árboles de raíces fuertes que puedan recordarte que, aún en momentos donde te has deshojado, sigues vivo, confiado de que el viento, que no ves pero sientes como bálsamo cuando los rayos del sol hacen que te  arda la piel, te refrescará y no solo eso sino que traerá las nubes más densas para alimentar no solo tu cuerpo sino también tu espíritu.

Escucha atento el cantar de las aves en libertad, pues su canto está lleno de esperanza, aún cuando desconocen qué comerán y donde pasarán la noche. 

Todo a tu alrededor tiene algo que enseñarte, solo falta tu atención... 

Basta de ser tan injusto contigo mismo. Todo lo difícil que hayas podido vivir no mide tu valor como ser humano. Si hoy estas aquí, es por un gran propósito y debes aprovechar el momento para agradecer, para sentirte orgulloso de donde has llegado. 

Aunque nos parezcamos en algo, somos únicos y aunque nos quede camino por recorrer y mucho por mejorar fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, valemos mucho.

Solo imagina todo lo bueno que encontrarás en tu vida siendo feliz y piensa que sin amor, no habrá respiro ni latido del corazón que te haga valorar la esencia de existir y de ser agradecido.

Escrito por Norma Riera
Foto cortesía de Norma Fernández 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario