Diario de una mariposa

Diario de una mariposa

domingo, 22 de marzo de 2020

Nunca regreses a lo que te arruinó...



Han sido meses de experiencias fuertes que nos han obligado a salir de nuestra rutina diaria, nos han sacado de nuestra zona de confort y hasta han afectado la capacidad de satisfacer nuestras necesidades básicas. No podemos pasar por alto que muchos han enfrentado grandes pérdidas entre ellas una que es irrecuperable y la más difícil de afrontar, la pérdida humana. 

Algunos hablan de que se acerca el fin del mundo, otros crean debates sobre los culpables y las consecuencias económicas, políticas y sociales, sin embargo son pocos los que se detienen a reflexionar sobre el papel que, como individuos, jugamos en todo lo que estamos viviendo...

Cuando Dios creó al mundo, incluyendo al ser humano, vio que TODO era bueno. El nos dio libre albedrío (libertad) y a su vez sabiduría para poder reconocer lo que está bien y lo que está mal.

Tal vez hemos jugado a ser Dios, sin saber que contamos con nuestra capacidad humana que solo nos permite ver el presente, recordar el pasado, pero jamás sabremos con certeza lo que viene después. 

Hay sucesos en nuestra vida que podríamos identificar como lo peor que nos haya podido pasar, sin embargo al cerrar nuestra mente en ellos dejamos de ver las oportunidades de fortalecimiento espiritual, de crecimiento como seres humanos y la apertura a cambios favorables que pueden traer.

Nos está atacando un virus contagioso que amenaza nuestras vidas, pero antes de este estábamos enfermos...  

¿Cuando comenzó todo?

Cuando sacamos de nuestro corazón el amor, la bondad, la caridad, la humildad, el perdón, la honradez, la empatía, la cortesía, la fidelidad, la fe y la esperanza para llenar ese espacio vacío de egoísmo, rencor, apatía, soberbia, maldad, vanidad, arrogancia, violencia, infidelidad y de todo aquello que nos ha apartado de la perfección con la que fuimos creados.

Ahora nos ha tocado levantar la mirada para toparnos, entre las ruinas, en lo que nos hemos convertido y para observar lo que hicimos con el espacio que nos fue concedido en el mundo. 

Hace mucho tiempo que dejamos de vivir para sobrevivir y lo peor de todo es que llegamos a todo esto por haber malinterpretado el significado de la Libertad.

Si Dios nos hizo a su imagen y semejanza, sembrando en cada uno de nosotros la semilla del amor que todo lo abarca y todo lo satisface, ¿Porqué nos empeñamos en arrancarla de raíz y esperamos que todo salga mejor que lo que Él planificó?

Nos preocupamos por lo superficial sin comprender que el dinero se acaba, lo material tiene el valor que le demos, el cuerpo envejece, la salud puede deteriorarse, el conocimiento y la educación no son lo mismo. La vida es como una rueda, unas veces estamos arriba y otras veces abajo. Hacernos los ciegos no detendrá lo que pasa a nuestro alrededor. 

Si has tenido que tomar decisiones difíciles en la vida, pero que te llevarán a evolucionar como persona, sigue adelante y Nunca regreses a lo que te arruinó...

Que este tiempo de encierro forzoso nos ayude a recapacitar sobre nuestras acciones y lo que ha sido nuestra vida, para que cuando nos toque salir a la calle podamos ser mejores seres humanos y que cada persona que nos mire pueda ver a Dios.

*En memoria de aquellos que han partido de este mundo y pidiéndole a Dios por la salud de todos los enfermos, incluyendo a aquellos que están luchando contra el coronavirus. Deseándoles que puedan recuperarse y que puedan estar pronto en sus hogares compartiendo con sus seres queridos.  

Escrito por Norma Riera
Foto cortesía de Norma Fernández



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