Diario de una mariposa

Diario de una mariposa

domingo, 16 de diciembre de 2018

¡Basta de quejarte!


Este año ha sido uno de retos para mí...Probablemente te identifiques y estés respondiendo en tu mente: "Y para mí también".

Pérdidas de empleo, quebrantos de salud, situaciones familiares, pérdidas de seres queridos, entre otras situaciones, provocaron que mi vida girara en torno a pensamientos que me alejaban de la fortaleza, la fe, la esperanza, el optimismo y de quien quería ser...

Es increíble el poder que tienen los pensamientos sobre nuestra salud física y emocional. Dejarse llevar por ellos puede elevarnos al cielo o lanzarnos al suelo.

Es fácil decirle a alguien, que está enfrentando una situación difícil, que todo va a estar bien, que será algo pasajero, que tenga fe, sin embargo cuando se trata de uno mismo es tan distinto... 

La calma, la paciencia y la fe son cualidades que, para ejercerlas, hay que desarrollarlas y lo ideal es que no los enseñaran desde niños, pero hay muchos que tienen que aprender de adultos. Algunos padres le dan mayor importancia a proveerle a sus hijos todo cuánto desean, que en ocasiones es una forma de compensar una carencia personal en su niñez, olvidando enseñarles las fortalezas y valores esenciales que le acompañarán por el resto de su vida. Ese ser humano, que un día fue niño, crecerá y podrá o no sobrellevar los retos y situaciones que se le presenten de acuerdo a las herramientas que le hayan provisto las personas que le cuidaron durante su proceso de desarrollo emocional.    

Se nos olvida que la vida es compleja y es como estar en una rueda: unas veces estamos abajo y otras veces estamos arriba. No hay nada malo en eso, siempre que entendamos que es parte de nuestra evolución como seres humanos y que todo pasa...

La situación es que cuando nos enfocamos en los aspectos incómodos y desagradables que pasan en nuestra vida, tendemos a observarlos desde una lupa donde todo se ve más grande de lo normal y eso nos hace pensar que carecemos de la capacidad para superarlos y nos victimizamos. 

Debemos entender que...
Si sentimos dolor, estamos vivos. Si fracasamos, lo intentamos y es una oportunidad de aprendizaje. Si nos fallaron, brindamos nuestra confianza a quien no supo apreciarla, sin embargo cumplimos con nuestra parte. Todo suceso desagradable tiene un lado positivo.

Un ejercicio efectivo es observar y escuchar a otras personas que han podido superar y/o manejar situaciones difíciles. Nos sorprenderíamos al descubrir cuántas personas resilientes existen y cómo, con una actitud positiva, optimista y enfoque, el ser humano puede levantarse de las caídas más fuertes.  

Hoy alguien mantiene la calma, la esperanza y la fe en medio de una enfermedad. Hoy alguien duerme en la calle con frío, hambre y miedo, tal vez por haber sucumbido a la tentación de un vicio o quizás por razones ajenas a su voluntad, mientras duermo en un hogar donde me siento segura y la temperatura es cálida. Hoy alguien llora la pérdida de un ser querido, mientras tengo seres que amo a los cuáles olvidé abrazar y brindarles mi atención.  

¡Basta de quejarte!, me dije a mí misma. Hay tanto porqué agradecer...
Lo que hoy te quita el sueño y crees que no puedes resolver, mañana será una experiencia que podrá ayudarte a crecer y ser mejor ser humano. Todo depende de cómo lo manejes...

Es importante reconocer la necesidad de despojarnos de todo aquello que hace nuestro andar más lento y pesado, como: el pesimismo, la tristeza, el coraje, la decepción, el apego, el rencor...

Seamos como las aves libres que nada tienen y nada llevan, sin embargo extienden sus alas y emprenden vuelo con la seguridad y confianza de que algo hallarán en el camino.

Que cada suceso en nuestra vida nos haga crecer, aprender y ser mejores.

Aprovechemos la época para reflexionar sobre lo que ha sido nuestra vida este año, para descartar todo aquello que no añade valor y para Nacer de nuevo...

¡Que pasen todos una Feliz Navidad!

Les desea,

Norma Riera

* Dedicado a la Dra. Grace Nouell por su hermosa labor filantrópica, su ejemplo de fe y esperanza, y por servirme de motivación para retomar la escritura. Gracias! ❤